Lentejas Germinadas
La cocción de los alimentos conduce a la pérdida de hasta un 80% de sus nutrientes. Comer alimentos crudos evita la destrucción de las enzimas que son las responsables de llevar los nutrientes a nuestras células. Por ello, se habla de la alimentación viva como una alimentación enzimática que facilita la digestión y evita gastar nuestras propias reservas. Asimismo, la ingesta de alimentos crudos mantiene el agua fisiológica de éstos, que es evaporada en la cocción. Como sabemos, el agua es necesaria para la vida y es mejor tomarla de los propios alimentos. .
Los germinados
Los germinados permiten depurar la sangre, eliminar toxinas del cuerpo, alcalinizar el organismo, controlar infecciones, crear un ambiente adverso para virus y parásitos, cicatrizar heridas, reducir la presión sanguínea, hacer más eficiente el ciclo de la insulina, mejorar la actividad tiroidea, modular mejor el colesterol y mejorar estados degenerativos como las esclerosis.
Las hojas verdes contienen clorofila pero la hierba joven de los brotes tiene 20 veces más concentración y más sustancias nutritivas.
Los germinados están disponibles en cualquier época del año y en cualquier lugar del mundo. Su ciclo de cosecha es de tan solo una semana y su rendimiento, muy grande. Con un solo kilo de semillas o granos se producen entre 10 y 14 kilos de germinados frescos.
Podemos germinar semillas de alfalfa, apio, trébol, avenas, rábano, alholva (o fenogreco), girasol; granos de centeno, trigo, alforfón (o trigo sarraceno), cebada, mijo y arroz; y legumbres como ser lentejas, porotos mung y de soya.
Para prepararlos en casa, 4 instrucciones:
Seleccionar las semillas o granos a germinar: yo prefiero lentejas
Ponerlas en remojo en un frasco (nunca de metal) tapado con una tela fina (tul). La cantidad de agua es 3 o 4 veces superior al volumen de semillas.
Dejar reposar durante 12 horas en lugar oscuro y cálido (imagen 3).
Desechar el agua y enjuagarlas.
Escurrirlas colgándolas dentro del tul o dentro de un frasco boca abajo (imagen 4).
Siempre deben estar húmedas: remojarlas 2 o 3 veces al día y siempre escurrir.
Los brotes crecen permanentemente hasta los 5 días
La propuesta de la alimentación viva nos conduce a una forma diferente de habitar la vida: nos acerca a una alimentación instintiva ancestral. Es necesario que podamos reconectarnos con el alimento que ingerimos, que nuestro cuerpo vuelva a saber qué necesitamos comer y cuándo.
Esta propuesta de alimentación y tratamiento de los alimentos ha recibido muchos nombres: alimentación arco-iris, dieta crudívora, alimentación viva, cocina sin cocción. Se trata de la utilización de alimentos en estado natural, crudos, orgánicos, crecidos en huertas, sin conservantes, ni fermentados, ni cocinados, preferentemente alimentos de temporada. Su ingesta constituye un hábito indispensable para conectar con la vida que gira a nuestro alrededor.